Quinceañera DESAPARECIÓ en su fiesta — 8 años después hallaron su tiara en el sótano del tío – Page 2 – Recette
Publicité
Publicité
Publicité

Quinceañera DESAPARECIÓ en su fiesta — 8 años después hallaron su tiara en el sótano del tío

Patricia había insistido argumentando que era una tradición importante, que la familia tenía una reputación que mantener, que Valentina se arrepentiría si no lo celebraban como se debía. Javier había apoyado la idea viendo la fiesta como una inversión en el estatus familiar.

Valentina había cedido como siempre, pero en privado le confesó a Daniela que hubiera preferido algo pequeño, íntimo, con solo su familia cercana y sus amigas. El sábado 22 de noviembre de 2014 amaneció con un cielo despejado y una temperatura agradable de 22 ºC. El salón de fiestas Los Jacaras, ubicado en la avenida Plan de Ayala, comenzó a recibir a los decoradores desde las 8 de la mañana.

Patricia había contratado a una empresa local detalles especiales para que transformara el lugar en un jardín de ensueño con el tema de noche de estrellas. Cortinas de luces blancas colgaban del techo, centros de mesa con velas flotantes adornaban las mesas y un telón de fondo plateado esperaba a los invitados para las fotografías.

Valentina pasó la mañana en el salón de belleza Glamour en la colonia Centro junto con Patricia y Camila. La estilista, una mujer llamada Rosa, que conocía a la familia desde hacía años, notó que Valentina estaba más callada que otras clientas en situaciones similares. La mayoría de las quinceañeras no paran de hablar, están emocionadas, nerviosas. Rosa le diría después a los investigadores.

Valentina solo miraba su reflejo en el espejo con una expresión que no supe interpretar como resignada tal vez. A las 5 de la tarde, Valentina se vistió en su casa. El vestido era impresionante, un diseño en color marfil con bordados plateados, falda amplia de tul y un corsé decorado con pequeños cristales.

La tiara era su pieza favorita de todo el atuendo, una delicada estructura de metal plateado con cristales austríacos que reflejaban la luz como pequeñas estrellas. Roberto se la había regalado tr días antes, el 19 de noviembre, cuando fue a cenar a la casa. para mi sobrina favorita”, había dicho con una sonrisa, “Una princesa necesita su corona.

” La misa se celebró a las 6 de la tarde en la parroquia de San José, a pocas cuadras del salón. El padre Miguel Ángel Ortega, quien conocía a la familia, ofició una ceremonia emotiva. Varios asistentes notarían después que durante la misa, Valentina aparecía absorta, mirando fijamente la imagen de la Virgen de Guadalupe, sus labios moviéndose en lo que parecía una oración silenciosa pero intensa.

La recepción comenzó a las 7:30 de la noche. Los 200 invitados incluían familiares, amigos de la escuela, compañeros de trabajo de Javier y Patricia, vecinos y conocidos de la comunidad. La música estaba a cargo de un grupo versátil local que alternaba entre música romántica y cumbias. El ambiente era festivo, elegante, exactamente lo que Patricia había imaginado. El bals comenzó a las 9 de la noche.

Valentina bailó primero con su padre. Después con su abuelo materno, don Ernesto, y luego con Roberto. Durante el baile con su tío, varias personas notaron que conversaban en voz baja. La tía Silvia, hermana de Patricia, estaba cerca y alcanzó a escuchar fragmentos. No puedes seguir así y tienes que pensar en ti. Pero en el contexto de una fiesta ruidosa no le dio mayor importancia.

La cena se sirvió a las 10 de la noche. Un menú tradicional con crema de cilantro, filete de respiñones y como guarniciones arroz y verduras al vapor. Valentina apenas probó su comida. Su madre se acercó dos veces a preguntarle si se sentía bien y ella respondió que sí, solo que el corsé estaba muy ajustado y le quitaba el apetito.

A las 11:15, Valentina estaba en su mesa principal, rodeada de sus amigas Daniela, Fernanda y otras compañeras de escuela. Reían al ver las fotografías que habían tomado durante la noche en una cámara digital. En ese momento, su primo Ángel, hijo de Roberto de 17 años, se acercó a la mesa y le dijo algo al oído. Daniela recordaría después que Valentina hizo una pausa.

Miró hacia donde estaba Roberto, que conversaba con Javier cerca de la pista de baile, y asintió. A las 11:43, según el testimonio del mesero Raúl Jiménez, Valentina se levantó de su mesa y caminó hacia el jardín trasero del salón. El jardín era un espacio pequeño de unos 15 m de largo por 10 de ancho con algunas plantas ornamentales y una banca de herrería.

Dos parejas estaban ahí tomando aire fresco y fumando. Vieron a Valentina entrar al jardín, caminar hacia el fondo y quedarse de pie junto a la barda que separaba el salón del estacionamiento de un pequeño supermercado cerrado a esa hora. Una de esas personas, Mónica Estrada, amiga de Patricia, se acercó a Valentina alrededor de las 11:45 para preguntarle si todo estaba bien.

Valentina respondió que sí, solo necesitaba aire porque le dolía un poco la cabeza por el calor y el ruido. Mónica le ofreció aspirina, pero Valentina declinó cortésmente. Mónica regresó al salón. Las 11:47. Fue la última vez que alguien vio a Valentina con certeza en el jardín. El señor Fernando Pacheco y su esposa, que también estaban en el jardín, decidieron regresar al salón porque comenzaba a hacer frío.

Según su testimonio, Valentina seguía ahí de pie, mirando hacia la calle. No parecía angustiada ni asustada, solo inmóvil. A las 11:52, Daniela se preguntó por qué Valentina tardaba tanto. Salió al jardín, pero no la encontró. Pensó que tal vez había ido al baño y regresó al salón. Pero cuando a las 12:05 Valentina aún no había vuelto, Patricia comenzó a preocuparse.

La suite de l’article se trouve à la page suivante Publicité
Publicité

Yo Make również polubił

Ma grand-mère a légué 100 000 dollars à mon cousin radin. Moi, je n’ai hérité que de son vieux chien… qui, pourtant, cachait un secret incroyable.

La salle est tombée dans un silence si dense qu’il semblait plus bruyant que n’importe quel cri. Daniel était à ...

Une mère, un retour nocturne et une vérité dérangeante

« Depuis environ six semaines. David a dit que la chambre d'amis devait rester prête pour votre retour. » Ce ...

Leave a Comment